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Nuevo impulso a la cadena de valor del vehículo eléctrico con el PERTE VEC 2025

La convocatoria prevista para el tercer trimestre de 2025 no es una reedición de las anteriores. Su objetivo es fortalecer la autonomía industrial, impulsar colaboraciones en toda la cadena de valor y dar prioridad a inversiones transformadoras, dejando en segundo plano la financiación de proyectos ya planificados.

La automoción es el principal clúster industrial de España por volumen de exportaciones, empleo generado y efecto tractor sobre otras actividades. Al mismo tiempo, es uno de los sectores más expuestos a las grandes transformaciones de esta década: electrificación, digitalización, automatización, descarbonización o relocalización productiva.  

Desde 2021, el Gobierno ha desplegado una estrategia industrial estructurada alrededor de los PERTE, alineados con los fondos europeos Next Generation. Y entre ellos, el PERTE VEC (Vehículo Eléctrico y Conectado) ha sido, desde el principio, uno de los más ambiciosos, tanto en volumen como en impacto esperado.

Pero este PERTE no nació como una simple convocatoria de ayudas. Desde su diseño, el planteamiento fue otro: activar una transformación profunda del modelo productivo del automóvil en España, con una visión de largo plazo, una lógica de cadena de valor completa y una fuerte alineación con los objetivos industriales y climáticos de la UE.

La convocatoria prevista para el tercer trimestre de 2025 no es una reedición de las anteriores; sino que busca consolidar un nuevo enfoque más estratégico y estructural, centrado en reforzar la autonomía industrial, fomentar colaboraciones a lo largo de la cadena de valor y priorizar inversiones transformadoras, en lugar de financiar únicamente actuaciones ya previstas por las empresas.

La cadena de valor en reconstrucción

Hablar de transformación del sector de la automoción ya no es hablar de fabricar coches eléctricos. Es hablar de reconstruir desde cero una cadena de valor que se ha dado por estable durante décadas, y que ahora cambia en todos sus eslabones: desde la extracción de materias primas hasta el reciclaje del vehículo al final de su vida útil.

Esta configuración ha desplazado el valor añadido hacia etapas clave como la fabricación de baterías, el desarrollo de software o el reciclaje industrial: ahora el 70 % del valor de un coche eléctrico ya no está en el montaje final, sino en toda la cadena anterior y posterior. Eso incluye:

  • La producción de materias primas estratégicas (litio, níquel, cobalto, tierras raras).
  • La fabricación y ensamblaje de baterías a gran escala.
  • El desarrollo de software para la gestión energética, la conectividad o la asistencia a la conducción.
  • La creación de infraestructura de recarga y redes inteligentes.
  • La implementación de sistemas de digitalización industrial (automatización, trazabilidad, mantenimiento predictivo).
  • El reciclaje avanzado y la revalorización de materiales en plantas especializadas.

El PERTE VEC, con su enfoque en la cadena de valor, no busca reforzar solo el eslabón final, el de los ensambladores, sino impulsar capacidades estratégicas en todos los tramos del proceso. Lo que está en juego no es producir más, sino producir de forma distinta, con mayor control y mayor valor retenido en origen.

Qué busca esta nueva convocatoria del PERTE VEC

La nueva convocatoria del PERTE VEC, prevista para este tercer trimestre de 2025, no llega como una simple continuidad de ejercicios anteriores. Llega con un planteamiento más maduro, más selectivo y, sobre todo, más orientado al impacto transformador.

La prioridad es clara: no se trata de ejecutar inversiones aisladas, sino de activar transformaciones estructurales. Esto implica un giro importante tanto en los criterios de evaluación como en la forma en que las empresas deben plantear sus propuestas.

1. Proyectos colaborativos con visión de cadena de valor

Uno de los cambios más relevantes es la apuesta por proyectos en consorcio, que integren múltiples actores de la cadena de valor: fabricantes, proveedores, centros tecnológicos, startups, universidades, operadores logísticos, recicladores, etc.

La lógica detrás de esta orientación es evidente: la transformación industrial no sucede de forma aislada. Exige colaboración, intercambio de conocimiento, interdependencia real entre eslabones. Un ensamblador necesita componentes; un reciclador necesita acceso a materiales; un desarrollador de software necesita probar su solución en un entorno industrial. Cuando estos actores trabajan juntos desde la fase de diseño del proyecto, el valor generado es mayor.

Además, los consorcios permiten equilibrar capacidades entre grandes grupos y pymes, y distribuyen el riesgo y la innovación de forma más eficaz.

2. Impacto territorial: activar ecosistemas industriales locales

El PERTE VEC 2025 no solo persigue una transformación tecnológica, sino también un reequilibrio territorial. Se valorarán especialmente los proyectos que generen impacto en regiones con tradición automovilística en reconversión o con necesidad de retener empleo industrial cualificado.

Comunidades como Galicia, Navarra, Aragón, Castilla y León, Comunidad Valenciana o Cataluña tienen en este instrumento una oportunidad clave para atraer inversiones, modernizar clústeres y posicionarse como nodos estratégicos dentro de la nueva automoción.

Los proyectos que demuestren capacidad de dinamización local, creación de empleo cualificado, formación profesional especializada o atracción de proveedores recibirán una puntuación superior.

3. Autonomía industrial y soberanía tecnológica

Otro de los objetivos estructurales del PERTE VEC es reducir la dependencia de terceros países en elementos clave para el vehículo eléctrico. Esto incluye la producción de celdas de batería, semiconductores, sistemas de control electrónico, plataformas de conectividad o materiales estratégicos.

Los proyectos que propongan soluciones de producción local, integración vertical o recuperación de materias primas a través de reciclaje tienen una ventaja competitiva clara. La autonomía industrial ya no es solo una preferencia política, es una prioridad económica.

España tiene potencial para liderar ciertos tramos de esta cadena y captar inversión extranjera si demuestra que cuenta con capacidades propias y entorno favorable.

4. Sostenibilidad y digitalización como requisitos estratégicos

Toda propuesta deberá incluir de forma explícita criterios de sostenibilidad, reducción de emisiones y eficiencia energética. No como anexos, sino como elementos centrales del modelo de negocio. Esto incluye medición de la huella de carbono, análisis del ciclo de vida del producto, incorporación de energías renovables, trazabilidad de materiales, etc.

La digitalización será también un eje transversal: automatización industrial, robótica, inteligencia artificial aplicada a procesos productivos, mantenimiento predictivo, plataformas de gestión de datos, etc. Se trata de usar la tecnología como herramienta para hacer más competitivo, flexible y eficiente el conjunto del sistema productivo.

¿Quién puede (y debe) mirar hacia el PERTE cadena de valor?

Una de las barreras más extendidas en torno al PERTE VEC es creer que se trata de una iniciativa pensada exclusivamente para fabricantes de automóviles o grandes grupos multinacionales del sector.

El PERTE VEC está diseñado con una lógica de ecosistema. Es decir: parte de la base de que la competitividad del vehículo eléctrico no depende únicamente de su ensamblaje final, sino de la fortaleza de toda la cadena de valor que lo sustenta.

Eso abre la puerta a un abanico muy amplio de empresas, muchas de las cuales hoy no se consideran parte del “sector del automóvil” en sentido tradicional. Veamos algunos ejemplos:

Proveedores de componentes electrónicos y de potencia

Con el crecimiento del vehículo eléctrico y conectado, la electrónica se ha convertido en el nuevo corazón del automóvil. Empresas que desarrollan chips, sensores, unidades de control, convertidores, sistemas de refrigeración electrónica o electrónica de potencia están llamadas a desempeñar un papel estratégico.

España ya cuenta con capacidades en este terreno, pero necesita escalar y especializarse más para competir con regiones que han hecho de la microelectrónica una prioridad.

Empresas del sector químico y energético

La fabricación de baterías implica una cadena química compleja: celdas, electrolitos, recubrimientos, aislantes, electrodos… Además, muchas de estas materias primas requieren tratamiento especializado o soluciones de almacenamiento y manipulación avanzadas.

El PERTE VEC abre la puerta a químicas especializadas, empresas de ingeniería energética, proveedores de materiales aislantes o compañías que trabajen en almacenamiento eléctrico.

Startups tecnológicas y empresas de software industrial

La conectividad, la gestión energética, la automatización de procesos, la inteligencia embarcada, la predicción de fallos… todo esto depende del software. Y muchas veces, la innovación en este campo proviene de startups o pymes altamente especializadas.

El programa valora especialmente este tipo de actores, siempre que estén integrados en consorcios o proyectos colaborativos que conecten con el mundo industrial.

Empresas de reciclaje, economía circular y segunda vida

La sostenibilidad del vehículo eléctrico pasa, entre otras cosas, por su capacidad de cerrar el ciclo. La recuperación de materiales valiosos, la reutilización de componentes y la segunda vida de baterías no son actividades accesorias, sino tramos clave de la cadena.

Aquí hay espacio para plantas de reciclaje tecnológico, gestores de residuos industriales, empresas de valorización energética o especialistas en trazabilidad de materiales.

Logística industrial, operadores de recarga y mantenimiento inteligente

La transición a la movilidad eléctrica exige repensar también la logística: distribución de baterías, transporte especializado, instalaciones de recarga rápida, mantenimiento predictivo, redes inteligentes… Las empresas logísticas y energéticas tienen mucho que aportar en términos de eficiencia, fiabilidad y capilaridad.

¿Por qué esta convocatoria del PERTE VEC es clave?

1. Porque la competencia internacional se ha acelerado

La carrera por la movilidad eléctrica y conectada no es una tendencia: es una pugna industrial global. Y Europa, tras años de dependencia de terceros países —especialmente de Asia— está moviendo ficha con contundencia.

Países como Alemania, Francia, Italia, Hungría o Polonia llevan meses captando gigafactorías de baterías, centros de desarrollo de software, fabricantes de componentes electrónicos y plantas de reciclaje de materiales críticos. Están desplegando ayudas, incentivos fiscales, suelo industrial, formación profesional específica y consorcios público-privados muy ambiciosos.

España no puede quedarse en segundo plano. La industria automovilística nacional tiene el tamaño, la experiencia y el talento necesarios para liderar, pero necesita movilizarse con decisión.

Esta convocatoria del PERTE VEC es la palanca más clara, y más potente, para hacerlo.

2. Porque el mercado se está definiendo ahora, no dentro de cinco años

Los grandes cambios no avisan con mucho margen. La electrificación ya no es una apuesta, es un calendario con fechas. En 2035 dejarán de venderse coches con motor de combustión en Europa. No se trata solo de adelantarse: se trata de no quedarse fuera. Quienes lleguen tarde no solo perderán acceso a fondos públicos. Perderán también:

  • Relevancia en las cadenas de suministro globales.
  • Acceso a nuevos clientes y contratos.
  • Talento joven vinculado a sectores emergentes.
  • Capacidad de negociación frente a grupos multinacionales.

Esta convocatoria permite ir un paso más allá de la adaptación defensiva. Es una oportunidad para: innovar, diversificar, colaborar y crecer.

3. Porque el entorno normativo será cada vez más exigente

La transformación industrial ya no es una opción: es una exigencia regulatoria. Europa ha aprobado una batería de normas que redefinen los márgenes operativos de la industria:

  • El paquete Fit for 55 impone objetivos de reducción de emisiones ineludibles.
  • El CBAM (Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono) penaliza a quien no tenga procesos bajos en carbono.
  • La Directiva de Diligencia Debida en Sostenibilidad exigirá trazabilidad social y ambiental en toda la cadena de suministro.
  • La nueva normativa de baterías regula su composición, reciclaje y huella ambiental.
  • El Reglamento de Materias Primas Críticas impone objetivos de capacidad interna de extracción, transformación y reciclaje.

Las ayudas públicas como el PERTE VEC no son un “extra” financiero, sino una vía para cumplir con este nuevo marco sin perder competitividad. En algunos casos, sin ellas, será directamente inviable adaptarse a tiempo.

ipsom: partner estratégico para el PERTE VEC cadena de valor

Los fondos públicos se han convertido en una herramienta clave para transformar el tejido industrial del país. Acceder a una ayuda ya no es solo un trámite técnico o administrativo: requiere visión estratégica, una narrativa sólida y la capacidad de estructurar proyectos que se alineen con el nuevo modelo productivo europeo.

El PERTE VEC responde precisamente a esta lógica. No se trata simplemente de presentar una solicitud, sino de impulsar propuestas con impacto, bien definidas y preparadas con antelación.

Una de las claves del éxito en este tipo de convocatorias es adelantarse. Esperar a que se publique la convocatoria para empezar a trabajar el proyecto suele ser un error. Los plazos son ajustados y los requisitos, exigentes. Diseñar una candidatura competitiva, sobre todo en consorcio, requiere planificación, solidez técnica y meses de preparación.

Ipsom acompañamos desde las primeras fases del proyecto, analizando su viabilidad y alineación con la convocatoria. A partir de ahí, diseñamos y coordinamos todo el proceso de solicitud, garantizando el cumplimiento de los criterios exigidos. Además, realizamos un acompañamiento continuo durante toda la ejecución, incluyendo la preparación de la documentación necesaria para la justificación final de la ayuda.

Si está trabajando en un proyecto estratégico y quiere acceder a ayudas públicas, contacte con nuestros expertos.

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